Violencia del corazón

Atrapada en un mundo lleno de indudables fortunas y estupefacientes, tras un lento anochecer y una madrugada larga, me levanto inspirada por la película que vi ayer. Tergiverso el significado, por supuesto, la interpreto a mi parecer y lo traduzco en un crimen pasional aunque no tenga nada que ver. Si quiero matarte y quiero tenerte sólo para mí, no puedo dejar que tu organismo sea pasto de gusanos al descomponerse en una fría y solitaria habitación. Tampoco puedo arrojar tu cadáver a una piara de cerdos hambrientos para que no quede ni rastro de tu cuerpo. No. Esto ya lo he pensado otras veces, esto ya lo he hecho otras veces. Tengo que comerte. Puedo saltarme mis restricciones calóricas por una vez y comerte. Devorarte. Que tu materia se adhiera a mis células, que tu carne sea mi carne y tu sangre, mi sangre. Tenerte dentro de mí. Para siempre.


Crystal Castles, Love and caring