Blank

Anclarse o echar a correr. Esa era o podía ser una de las infinitas e indeterminables cuestiones que asolaban todas las existencias. Podría ser un punto de partida, pero no sé cómo empezar, la verdad. Las transcripciones desde el cerebro a las teclas al final siempre sufren alguna transformación y ya no sabría cómo considerar la esencia inicial de las palabras. Desde hace tiempo carecen de sentimiento. Y de sentido. Las palabras, digo. Aunque en realidad desde hace tiempo todo empieza a impregnarse de ese halo de aspereza y vacío insondable que terminará por devorarme. Desde hace tiempo todo gira incansablemente, como las imágenes de norias en los anuncios que se iluminan y se apagan, se iluminan y se apagan, simulando el transcurso de los días. Desde hace tiempo tengo la sensación de disiparme. Según la distancia visual entre mis extremidades y mis ojos, contemplo en mayor o menor grado mi evaporación. Parece que la parsimonia ha acabado con toma emoción. Escribo como si estuviera muerta. Escribo a oscuras. Escribo y la música se deshace tanto como mis propias ideas. Pero no he dejado de fumar. Vomitar, llorar, tirarse del pelo, dar vueltas en la cama apretando la cara contra la almohada intentando asfixiarse, arañarse y abrirse en canal. Endorfinas, noches agitadas, respiración pesada, pensamientos podridos, pesadillas, sudor al despertar, "mierda, ya es por la mañana otra vez", y vuelta a empezar. Desaparecer entre la gente. Sólo pido volverme invisible y que todo lo que diga, haga o piense pierda la coherencia. Que si me arrojo a un río podrido desde un puente a la insuficiente altura como para matarme, únicamente para impregnarme de fango viscoso y hedor insuperable, nadie interprete nada diferente a que lo que pretendo es simplemente materializar lo que llevo dentro. Despojarme de las máscaras y extirparme las entrañas rotas que de tanto pensar y roerlas ya no pueden más que sangrar y volverme loca.


Metallic Falcons, Misty song