Mitigo

Pasar las horas muertas, muerta. Queriéndote a escondidas, matándote en silencio. Pasar las horas vacías, estéril de vida. Qué me queda más que lamer el veneno y tapiar poco a poco las grietas de piel, qué me queda a parte de morderme las uñas y beber mucho café. A parte de mendigar y reptar, mientras las distancias aumentan tu ausencia y reducen mi presencia.